miércoles, 30 de enero de 2013

Las matemáticas del combate. Parte 1

Hoy me dirijo a mi exiguo público para hablar brevemente de un tema que no está tan presente como debería cuando se tienen conversaciones bélicas: los números.
Aquí tenemos una supuesta  imagen
de Sun Tzu, estratega chino que dedicó
varios capítulos de su libro a los números.
Aunque pudiera parecer lo contrario, el combate se reduce a una serie de conceptos matemáticos, de mayor o menor complejidad según la profundidad con que quiera estudiarse el tema. No me refiero únicamente a la estrategia o logística, ni al estudio de las armas modernas, las cuáles han sido diseñadas con estos métodos, sino al combate en sí.
Toda disciplina marcial sigue una serie de protocolos que han de regirla: máxima eficiencia y mínimo esfuerzo, que a su vez se pueden desglosar en velocidad, precisión, potencia y un largo etcétera. Si alguno de los lectores ha practicado un arte marcial o conoce los rudimentos del combate (ya sea armado o no) sabe que las posiciones y en general, la técnica, son de suma importancia. La depuración de la técnica no es un hecho gratuito, que se consiga de forma natural después de muchas horas de entrenamiento, sino que procede de poner a las matemáticas de parte del combatiente.
Expondré un ejemplo para ilustrar la idea: no ha mucho, en un seminario sobre el trabajo en el laboratorio, el profesor dijo, y cito textualmente : "Ahora que vais a estar solos en el laboratorio, deberíais saber cuáles de estos aparatos matan". Obviamente hubo una carcajada general, pero nos lleva a la siguiente pregunta ¿qué es lo que mata? Muchos piensan que, en el contexto de las armas mecánicas (quiero decir, nada de venenos o similares), lo que mata o hiere es la fuerza, otros que la velocidad, otros que la presión, pero lo que de verdad ofende es la potencia. No el concepto vulgar que se tiene de potencia, sino el concepto físico: la rapidez con que se transmite la energía que se aplica. Esto quiere decir que un camión muy pesado (con muchísima energía) nos atropella a 0.5 Km/h, la potencia es lo suficientemente pequeña para no hacernos ni un rasguño, sin embargo una pequeña bala de unos pocos gramos con una energía minúscula comparada con la del camión te lleva al otro barrio de un plumazo. 
En esta imagen se puede apreciar el giro del directo, así como el
brazo extendido, algo que no parece agradar al contrincante.
Con este concepto los armeros y combatientes han jugado a lo largo de los siglos aún sin saberlo: si roto el cuerpo acompañando un puñetazo, aumento el momento lineal del golpe (que es masa por velocidad), recorro más espacio (permitiendo que la aceleración del brazo genere una mayor velocidad), y añado más energía al impacto (derivada del momento de inercia del cuerpo al rotar), lo que aumenta considerablemente el poder del golpe. Muchos más factores pueden contribuir a un puñetazo más poderoso, pero eso se puede descubrir fácilmente en cualquier guía de artes marciales.
También se pueden aplicar estos "trucos" al diseño de armas, incluso las más antiguas, que fueron sobreviviendo porque tenían los números a su favor, cosa que tanto armeros como guerreros comprendían de un modo intuitivo. Una hoja curva y larga como la katana está estudiada casi a la perfección para permitir un corte magnífico, haciendo uso del principio de la palanca, estudiando el punto de máxima presión de la hoja y muchos más detalles que permiten, en definitiva, una mayor potencia. Incluso si alguien entendido de matemáticas se propusiera mejorar los diseños de armas "antiguas", se encontraría con que hay pocos puntos que necesiten una optimización. Con esto quiero decir que aquéllas gentes eran maestros en matemática intuitiva, y sabían como maximizar el daño para hacerle la vida imposible a sus congéneres. Aunque bien es verdad que los diseños de armas son como los seres vivos: sólo sobreviven los que funcionan.
Si bien es verdad que no sólo influye la potencia en el poder de un ataque, factores como la tenacidad, dureza y materiales que pretenden romper o ser superados influyen en el resultado. Si aprieto un cuchillo muy lentamente sobre la carne, al final sangrará, esto sucede porque al presionar con una superficie tan pequeña, dura y tenaz contra un tejido tan blando (en términos relativos), se genera una transmisión de energía de la hoja a la carne que esta no puede devolver, por lo que cede. Pero para no aburrir al lector con detalles ingenieriles, no entraremos en esos temas en esta entrada de carácter general, sin embargo, cuando estudiemos armas o técnicas concretas profundizaremos más en la física que hay detrás.

El Marqués de las Doce y Media ofrece un adiós, si les place; y si no, también.

lunes, 28 de enero de 2013

La famosa katana vs. espada toledana

Para abrir el blog, quisiera comenzar con una reflexión sobre el arma más conocida del Japón medieval: la katana.
Casi con toda seguridad, cualquiera que conozca el uso de las armas o le guste el tema, conoce el potencial que posee la afiladísima hoja de una katana. Muchos mitos urbanos (y sobre todo las películas de Tarantino) la sitúan como una de las mejores armas de cuerpo a cuerpo que jamás han existido. Su ligereza, el poder de su cortante filo y la legendaria destreza de las artes samurai han contribuido a que su fama se acreciente aún más. Siempre que sale en una discusión sobre "entendidos" del tema de las armas el tópico katana-espada europea, resulta indefectiblemente vencedora la japonesa. Una opinión con la que no podía estar más en desacuerdo.
Nunca hablan estos "expertos" acerca del contexto, siempre es una comparación absoluta, algo que en la guerra no existe. Siempre se refieren a la superior esgrima y al mejor acero con que están forjadas, algo con lo que supuestamente las espadas europeas no podrían competir.
Para empezar, habría que especificar la fecha (aunque sólo fuera el siglo) y el lugar donde competirían estas armas. Aparte, habría que escoger una espada concreta, ya que las armas que se engloban en el concepto "espada" poseen muy diversas características y pertenecen a un contexto histórico del que no pueden ser desligadas.
Así he decidido escoger para la comparación que nos atañe una katana de acero tradicional del año 1490-1530 aproximadamente, período del auge de la casta samurai en el japón feudal, contra una espada toledana del mismo período, empuñada por un rodelero español.
Samurais con yumi(arco), katana y yari (lanza),de izqda a drcha.
Para comenzar, el guerrero nipón , con su armadura de mediados del periodo Sengoku, compuesta por cuero y láminas de metal que le protegen el torso, brazos, antebrazos y la parte superior de los muslos, y se cubre la cabeza con un yelmo metálico, como podemos apreciar en la lámina de la izquierda. Cabe resaltar que estos guerreros no llevaban gambesón o perpunte bajo la armadura, aunque seguro que alguna prenda que acolchara ligeramente los golpes, así que esta actuaba  como un amplificador del impacto recibido, pudiendo quebrar los huesos y provocar derrames internos que resultarían fatales. Era una buena armadura contra cortes y estocadas de armas autóctonas, pero dejaba zonas vitales del cuerpo con poca o ninguna protección y resultaba muy aparatosa a la hora de desplazarse, restando poder defensivo al portador. Quiero especificar que resulta muy cómoda a la hora de mover las articulaciones superiores y el torso, pero que es un verdadero incordio para las piernas.
rodelero, arcabucero y piquero
Al contrario, el rodelero español porta  una armadura más completa, compuesta por peto, espaldar , hombreras, y quijotes, de mayor grosor y ergonomía, que se adapta mejor al cuerpo del usuario y le permite amplios movimientos con las piernas, algo necesario para mantener la estabilidad en combate. Además cuenta con la rodela, un escudo de acero o madera de gran diámetro que además puede utilizarse como arma ofensiva para cargar o golpear con los cantos, produciendo grandes daños en el blanco. La espada toledana es de similar longitud que la de la katana, pero su filo recto y su empuñadura a una sola mano la hacen idónea para la estocada, sin desdeñar el corte doble.
agarre invertido de cuchillo
Los movimientos predominantes del kenjutsu (esgrima con la katana) son de corte, dejando en un segundo plano la estocada, que además pierde potencia con ambas manos por no poder acompañar la punzada con el giro de la cadera, que como todo el mundo sabe, añade potencia al impacto. La hoja curva de la katana y su largo mango ovalado le confieren un poder de corte colosal, si bien esto tiene muy poca utilidad contra una coraza como la del español. Con un arma a dos manos, lo preferible es mantenerse alejado del combate muy cerrado, dado que esto limita enormemente los movimientos e impide realizar acciones ofensivas, sobre todo de corte. Pero la katana es una excepción a esta regla. Un samurai habilidoso sabe que la katana no es lo suficientemente larga para ser un estorbo a distancias muy cortas, pudiendo golpear al enemigo con la tsuba (guardamanos), con el pomo de la espada, o cambiando la disposición la hoja en un agarre invertido (como se muestra en la figura) a fin de hacer cortes muy profundos deslizando la hoja rápidamente contra el cuerpo del enemigo con una sola mano.
Sin embargo, el rodelero español cuenta con una armadura impenetrable a los cortes de la katana, y un chaleco acolchado interior que le protege de los impactos sin provocarle más que magulladuras en la piel. Cuenta además con su escudo, que es una enorme ventaja a la hora de desconcertar al samurai, ya que este no posee técnicas de combate contra este tipo de arma. El sistema de combate del escudado le permite tanto atacar sin descubrir la guardia como defender a la vez que se lanza un contraataque, mientras que el japonés deberá hacer cada cosa a un tiempo. La espada toledana le permite alcanzar rápidamente el cuerpo del contrario, ya que el ojo humano detecta peor los movimientos de punzada recta que los de corte, que son circulares, además, el hecho de empuñar el arma con una sola mano proporciona la capacidad de llegar más lejos que si se empuñara con ambas manos, con el brazo totalmente recto la penetración de una hoja tan fina es arrolladora.
Como conclusión a esta entrada tan polémica, doy la ventaja al rodelero español, por superioridad armamentística a igualdad técnica. Pero obviamente, en el combate, la maestría suele ser el factor determinante: Un samurai que conoce a la perfección sus armas y equipo puede derrotar sin problemas a un rodelero, dado que un corte de la katana ejecutado con precisión en las zonas desprotegidas de las piernas, brazos o la cara ( aunque en la ilustración no aparece, los rodeleros podían portar una protección llamada gola que protegía enteramente desde el esternón hasta la nariz) podía mandarlo al más allá en cuestión de segundos.
En posteriores entradas profundizaremos más en conceptos que aquí han sido mencionados brevemente.


POST SCRIPTA SOBRE LA KATANA VS. ESPADA TOLEDANA

Como he leído muchas críticas en los comentarios en las que se quejan de que no separo el contexto de cada espada del resultado del combate. Así pues reedito esta entrada a fin de comparar única y exclusivamente ambas armas.

-Calidad.
Aunque los métodos de forja de ambas espadas son muy diferentes, la calidad del acero es similar. Ambas se componen de un núcleo flexible y tenaz con una capa externa endurecida por cementación y templado. Dependía obviamente de cada armero particular y del presupuesto del cliente las características concretas de cada espada, siendo muy importante la temperatura de templado (entre 700 y 1000 ºC), si el templado se efectuaba en agua o en aceite y a qué temperatura se encontraban estos. No es lo mismo templar a temperatura ambiente que con el líquido a 50ºC, las características del producto final varían. Habría que tener en cuenta si se realiza un revenido o con un forjado simple ya consideraban que era suficiente, además es de suma importancia el carbón que se quemaba, ya que puede producir un aporte de carbono en mayor o menor medida en función de si es mineral o vegetal, y aún separando estas dos tipologías se abre un abanico de posibilidades: si es vegetal, cómo se ha elaborado, si es mineral, a qué clase corresponde, etc. Por todo ello, concluyo que tanto la espada media como la katana media tendrían una calidad similar en cuanto al material con el cual estaban constituidas.

-Medidas.
La longitud total de la katana oscila entre los 90 y los 110 cm, mientras que la espada española de aquélla época tiene un rango de los 90 a los 120 cm, por lo tanto en cuanto a longitud de la hoja no se aprecia diferencia.
La anchura de la katana tiene unos 3 cm en la guarda y unos 2 en la punta, mientras que las espadas cuentan con un rango de anchuras en la base de los 3.5 a los 5 cm. No especifico la anchura de la espada en la punta dado que estas se estrechaban gradualmente para acabar en una punta de extrema agudeza. La diferencia de anchuras es crucial para determinar los potenciales respectivos tal y como veremos más adelante.
El grosor de la katana en la guarda ronda los 5-6 mm,estrechándose hasta los 3-4 mm en la punta, siendo este grosor el correspondiente a la parte trasera que no se encuentra afilada. Mientras, la espada tiene un grosor máximo en el centro, donde dependiendo de la morfología se encuentra la nervadura en unos casos o el máximo de la sección romboidal en otros. En cualquiera de los dos casos el grosor máximo es de 6-7 mm, que se va estrechando conforme se avanza hacia la punta.
El peso total de la katana oscila entre los 1.0 y 1.3 kg, contando la espada con un peso superior, ya que suele tener más cantidad de material, rondando los 1.1-1.5 kg.



-Morfología. La katana, con su característica curvatura, está perfectamente diseñada para efectuar tajos (esto es, un golpe con una zona afilada) y acompañarlo con un poderoso corte (que corresponde a deslizar el filo tras el tajo), sin embargo, es esa misma curvatura y la inexistencia de una punta pronunciada la que le impide una estocada útil en combate. Como especifiqué antes, el movimiento de punzada existe en el manejo de la katana, pero es un recurso muy secundario y de poco calado. La empuñadura de la katana es muy generosa, contando con unos 30 cm de sección uniforme y ovalada, en consonacia con su utilidad para el corte, en la que una sección cilíndrica o fusiforme no son tan útiles. La tsuba (cruceta de separación entre empuñadura y hoja) de la katana es principalmente circular de unos 9 cm de diámetro. Existen muchas tipologías de tsuba con elementos decorativos, florituras y demás ornatos, pero en general se pueden aproximar todas ellas por el elemnento circular con las dimensiones especificadas. Este tipo de guarda es muy útil para los movimientos de corte a dos manos con la katana sin estorbar, y además cumple su función de resguardar ligeramente la mano de golpes desviados por la hoja al mismo  tiempo que evita que la mano se deslice hasta la hoja. Sin embargo las katanas, al estar diseñadas como armas a dos manos principalmente y al ser tan ligeras, carecen de pomo o contrapeso en el extremo de la empuñadura, lo que resulta en un menor peso todavía del conjunto, pero a su vez mengua sus capacidades ofensivas como veremos. En cuanto al filo, en la katana se destinan en torno a 2/3 del ancho  al afilado de la hoja, esto es unos 2 cm. Contando como hemos dicho con el grosor de media 4,5 mm, podemos hallar facilmente el ángulo del filo: 0.45 radianes aproximadamente.


Se puede apreciar que el filo ocupa 2/3 del ancho, y la relativa poca agudeza de 
la punta.

La espada tiene una hoja recta, menos eficaz para el corte, pero le confiere una gran solidez en cuanto a la estocada se refiere. Si contamos con una espada de una sola mano como hemos presupuesto anteriormente, el tajo es ligeramente inferior en poder al de la katana, ya que se efectúa con una sola mano en vez de con dos, aunque el peso de la espada, al ser superior le confiere una inercia que desemboca en una mayor capacidad de tajo, aunque sigue siendo inferior al de un golpe a dos manos con la katana. Como eso último ha quedado lioso lo diré más claro: la katana pesa menos y se maneja con ambas manos, por lo tanto desarrolla más potencia en el tajo que la espada, mientras que esta, que vencería a la katana si esta se manejara  a una mano, no es capaz de desarrollar tanta potencia para igualar un golpe a dos manos aún contando con el mayor peso de la espada. (Como apunte añadiré que  a igualdad de energía cinética, es más destructivo el elemento con más masa. Si me lo piden, subo las cuentas, aunque simplemente se trata de comparar las potencias (dEk/dt) desarrolladas por ambos elementos, y este resultado también es aplicable a proyectiles). Continuemos, Como decía, la hoja recta y sobre todo, el hecho de que su zona más ancha corresponda con el centro de la hoja, además de que esta última se va estrechando desde la guarda como si toda ella fuera una punta le confiere una capacidad perforante increíble, teniendo la opción de manejarla también eficazmente en el tajo y en el corte. En cualquier caso, tanto la hoja con sección romboidal como la de sección plana con nervadura central presentan una rigidez muy superior a la de la katana, y por lo tanto una mayor resistencia cuando son golpeadas  por los lados, evitando su rotura. La cruceta en el caso de la espada que nos toca suele estar compuesta por lazos y los gavilanes convencionales, además de uno o dos lazos cortos extra (recazo) que se curvan hacia la hoja sobre la cruceta, posibilitando pasar el índice por encima de esta y apoyarlo en el recazo, aumentando considerablemente la precisión en la punzada y mermando la energía necesaria para efectuarla, aunque dicho dedo suele quedar desprotegido. Los lazos cubren la mano que esgrime la espada mejor que cualquier tsuba, aunque también son más molestos que la guarda de la katana si se quisiera utilizar como mandoble. Sin embargo, dichos lazos no suponen ningún estorbo a la hora de realizar los juegos de muñeca propios de la esgrima a una mano. La empuñadura se presenta casi en la totalidad de las variantes con una forma fusiforme, con una longitud muy justa para que la mano quede encajada entre los gavilanes y el pomo. El pomo o contrapeso es muy útil no solo para equilibrar el arma, sino para dejar la mano inmóvil en la empuñadura. Además se convierte en una maza en el combate cerrado, donde no hay espacio para ofender con la hoja. Aunque movimientos ofensivos con lo que correspondería al pomo de la katana también existen en el kenjutsu, no resultan tan eficaces como los mazazos propinados con el pomo de la espada, principalmente  por la diferencia de peso entre ambas, pero también por la posición relativa de la mano con respecto al pomo. En cuanto al ángulo del filo, repitiendo los mismos cálculos que más arriba contamos con 0.35 radianes (para una hoja romboidal de 3.5 cm de ancho y 6 mm de grosor, esto iba a arrojar el ángulo más grande de entre el rango de medidas dadas). En el caso de una hoja con nervadura, el ángulo sería aún menor, y al ser posible aligerar peso, tendría una longitud mayor. En cualquier caso podemos concluir que el filo de la espada es más aguzado que la katana.
Rodelero portando una espada del período que nos ocupa. Se aprecia la potente punta
y los lazos y el recazo de la guarda.


-Esgrima.
La katana se esgrime con ambas manos, lo que imprime gran fuerza a los cortes, pero resta alcance. Para efectuar estos movimientos de tajo-corte, la katana requiere ser balanceada describiendo arcos que cansan al portador y consumen un tiempo precioso durante el combate, aunque también hay movimientos de "atajo" que no requieren estos pronunciados arcos, por desgracia no son los más comunes. La espada sin embargo, es manejada por una sola mano y está perfectamente equilibrada para lanzar estocadas muy rápidas, mucho más difíciles de ver y de detener, y aún así siguen permitiendo el tajo y el corte, aunque con menor eficiencia que la hoja curva de la katana.
Un tajo con un arma tan ligera puede ser muy fácilmente detenido por cota de malla+perpunte o por una recia armadura de placas, sin embargo una punzada es muy precisa y puede lanzarse a las zonas desprotegidas del adversario e incluso atravesar cotas de malla y protecciones medias.
En cuanto a sistemas de combate con la katana hay muchos, partiendo de muchas posiciones diferentes: con la guardia alta, con la guardia frontal, agarre invertido, empuñando con una sola mano atrasada, con una sola mano en la empuñadura y la palma de la otra apoyada en el contrafilo cerca de la punta... Las variantes son demasiadas, pero todas incluyen grandes arcos y predomina el tajo.
Con la espada la esgrima varía dado que siempre se tiene una mano libre que puede armar una daga o embrazar una rodela, aumentando la letalidad del soldado. Sin meternos en otras consideraciones que no sean el arma en sí, la esgrima de la espada por sí sola es más complicada. No estamos hablando de una espada (recordemos que hemos elegido una espada de 1490-1530) como las de los espadachines de las películas, diseñadas para portarlas también por la calle , sino una hoja de guerra, recia y pesada que aún se tiene que enfrentar a gruesas corazas. Por lo tanto la esgrima de esta espada se engloba dentro de un marco más amplio que incluye protecciones y armas adicionales. Por eso en la entrada original insistí en situar ambas en su contexto, pero queréis una comparación espada contra espada, sin tener en cuenta como se usen en consonancia con los demás pertrechos, que es cuando realmente se ve las propiedades de un arma. Pero bueno, también existen manuales de la época que explican como luchar sin protecciones y armados con espadas de este tipo. Se pueden encontrar fácilmente e ilustran mejor que cualquier cosa que yo pudiera contar.


Como conclusión, decir que como arma me resulta mucho más completa la espada, tanto por sus características morfológicas como su capacidad de combinarlo con otras armas. Simplemente para un hombre medianamente fuerte y sobre todo entrenado en su uso, resulta mucho más atractiva. Ahora bien, para alguien inexperto que no está acostumbrado a manejar un arma (y cualquiera con poca fuerza) la katana es una opción mejor. ¿Por qué? Porque la estocada (y más a una sola mano) requiere gran precisión y entrenamiento para representar una amenaza real, mientras que propinar un corte a dos manos es lo mismo que propinar un guarrazo con un palo que corta. Además, el poco peso de la katana se reparte en los dos brazos, mientras que la espada no solo es ligeramente más pesada, sino que además todo su peso recae en una sola mano y el corte con este arma, que es el ataque natural para alguien sin experiencia, tiene menos potencia que el de la katana, dificultando su manejo para los noveles. Para el que no se haya enterado: LA ESPADA ES MEJOR ARMA, PERO SI TE VAS A PEGAR EN LA CALLE SIN ARMADURA Y NO TIENES NI IDEA DE MANEJAR NINGUNA DE LAS DOS ESCOGE UNA KATANA.

Espero que con esto sí que haya quedado ya claro de una vez los puntos que pretendía exponer.

Post Scripta 2:

(En respuesta a varios comentarios, con especiales referencias al usuario SAI- Poli 8)
 Ciertamente me puede mi sangre, no lo voy a negar. Aunque también he de decir que no hablo basándome únicamente en teoría y mucho menos en impresiones de foros y demás sitios de internet. Entiendo de materiales a nivel profesional, y yo mismo he trabajado aceros entre otras cosas, por lo que puedo decir que cualquier acero medianamente competente puede cortar en dos una bala (siempre y cuando hablemos de una blanda (FMJ  de envoltura de cobre, punta hueca,etc) como creo que es la del vídeo al que se refiere). De hecho cualquier inoxidable cutre con una Brinell al 300-350 templado y revenido puede perfectamente seccionarla, ya no digamos un 500 de un 1095 o similar.  En cuanto a materiales pues, como digo en la entrada, no debían diferir mucho, pero le aseguro que las pruebas efectuadas hoy en día son poco precisas, pues solo podemos imaginar qué tipos de aceros utilizaban, que seguro variarían de un armero a otro. Se habla siempre de aceros de baja aleación y alto carbono cuando nos referimos a estos períodos, pero creo que es meramente especulativo, y por lo tanto no podemos parametrizar tanto como nos gustaría la calidad de los metales y lo que es más importante: sus tratamientos térmicos.
En cuanto a la esgrima en sí misma practiqué kenjutsu durante unos largos años y esgrima contemporánea en la categoría de espada. No soy un experto en ninguna de las dos, pero tampoco me considero amateur (sobre todo en kenjutsu). A nivel personal, la esgrima de la katana, al tener posiciones más rígidas es mucho más fácil de aprender, y aprender a hacer un corte preciso es más fácil que aprender a hacer una punzada precisa y útil. La esgrima moderna si bien tiene poco que ver en la morfología de la espada y en su esgrima (el mango de la espada es perpendicular a la hoja y la misma es perpendicular al suelo), sí que me hizo ver las diferencias entre una punzada o estocada a una sola mano con una hoja recta y otra con la hoja curva como la katana. El movimiento de estocada con la espada se me hizo más natural y se me antojó con más potencia de penetración (esto ya hablando con espadas de mango paralelo, ya que con la de mango perpendicular la estocada es superior), ya que el mango de la katana sigue en parte la curvatura del arma y la hace menos útil en la penetración desde mi punto de vista, ayudando poco la morfología de la punta a este menester.
Del kenjutsu me quedo con los muy potentes tajos, que en un arma curva y a doble mano como la katana son espectaculares, he de decir, aunque menos útil ya que requiere una mayor exposición del cuerpo y una cercanía al objetivo mayor que en una esgrima enfocada más a la estocada. En kenjutsu, si bien he dicho que es más "rígido" no me malinterpreten, tiene movimientos fluidos y consecuentes con lo que es: se jugaban el pellejo igual y en la guerra se dejan a un lado tantas florituras (En un kenjutsu completo no están fuera de lugar codazos, rodillazos y especial interés tienen los "puñetazos" con la tsuba en combate cercano). Les digo de los deportes de contacto que he hecho que cuando uno (y bien entrenado, por cierto) lleva diez minutos combatiendo (y sólo con el peso de unos guantes!!) está tan sumamente cansado que ahorras florituras y rigidez en el movimiento, así que deduzco que por muy samurái que sea, se obviarían en el combate, pese a todas las katas modernas (que desconozco cuánto se diferencian de aquéllas practicadas en los siglos XV, XVI y XVII) difieran de este tipo de esgrima "real" de combate.
Personalmente también creo que es absurdo decir "esta espada es mejor" o "este guerrero es mejor", por la cantidad de parámetros que involucran y muchos de ellos no se pueden medir o no resultan representativos, sin embargo con esta entrada pretendía dar una visión punto por punto de para qué sirve una katana y para qué sirve una espada europea.
En cuanto a dos cosas que usted dice: "Me hierbe la sangre por el viejo dicho: desde que se inventó la pólvora no existen los machos", no entiendo bien si le hierve porque tiene razón el dicho o porque discrepa. Como anécdota personal le diré que en unas prácticas (fuego totalmente simulado!) estuvimos practicando saltos de infantería contra una posición elevada artillada con una doatación de ametralladora y aunque las "balas" eran de goma había que echarle testiculina a aquéllo, así que no me quiero ni imaginar lo que es eso en la vida real o asomar la cabeza durante fuego de mortero o artillería. Así que eso de que desde la pólvora no hay machos no sé quien lo dijo pero  de seguro era un imbécil. Se dice aquéllo (oriental, por cierto): "nada es más duro que la lucha armada". Y será cierto, pero no distingue entre con pólvora o sin pólvora.
Y que japón sea un ejemplo de guerra para el mundo, bué. Yo sinceramente como representación de tradición militar preferiría armas más versátiles japonesas: kanabo, naginata, yari, etc. Pero lejos de faltarle al respeto a la cultura marcial japonesa, estaba en puñeteros pañales para la época que estipula la entrada. Como ejemplo pongo el teppo, la maravillosa copia del arcabuz. ¿A quién se le ocurrió ese gatillo? ¿o la maravillosa idea de quitarle la culata? que este tipo de armas no trascendiera me da que pensar que no eran realmente necesarias y que las armaduras japonesas dejaban mucho que desear (eso sí, para las armas del lugar eran útiles, los japoneses no eran estúpidos. Nadie va a la guerra con una armadura solo porue es bonita), mientras que en Europa armas perfora-armaduras tales como la ballesta (con cada vez armatostes de carga aún más potentes que el anterior), los arcabuces y mosquetes, martillos, mazas, manguales, estoques y un largo etcétera de armas que indican una escalada armamentística arma-armadura que en Japón fue cuasi-estática. Por lo tanto, no, no consideraría a Japón como un paradigma militar, es decir, no lo considero como usted dice "ejemplo de guerra para el mundo".
Con todo, habiendo leído gran parte del famoso escrito de Miyamoto Mushashi y entendiéndolo en su contexto histórico, requería una inmensa disciplina y un gran valor militar el ser samurái. Nadie y menos yo menospreciaría la valía como guerreros de los samurái y no cuestiono su destreza con las armas, estrategia ni valentía. Sin embargo sí que pienso que un guerrero con esas capacidades de combate (tanto físicas como mentales) hubiera aprovechado mejor otro tipo de "herramientas" y tácticas.
Y en cuanto a la lealtad y unicidad de los samuráis, no lo considero tal. Había (puesto que en la propia cultura escrita japonesa así se recoge) samuráis cobardes, samuráis que huyen, samuráis poco diestros, samuráis de toda clase y color, al igual que sus contrapartes europeos y de todo el mundo mundial. Los había leales y traidores, honorables y otros que venderían a su madre por un saco de arroz. Como aquí y en todas partes.
¿Su bushido es  único? No. ¿Su bushido es maravilloso y digno de admiración? Sí. Si alguno cree que es único su rígido código moral, por favor sírvanse de instruirse en la comitatio (juararía que germana), soldurii gala o la devotio ibérica. O cambiando de siglo y continente: los juramentos zulúes en la reforma de Shaka, las órdenes guerreras mexicas y un larguísimo etcétera de lo mismo con otro nombre.
Que me puede mi sangre? Con casi toda probabilidad, pero no creo que carente de todo fundamento.


El Marqués de las Doce y Media ofrece un adiós, si les place; y si no, también.